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martes, 20 de octubre de 2009

CRÓNICA DE UNA AVENTURA EUROPEA. EPISODIO 1

Saludos amigos! Aquí llega la primera de las partes de la crónica de nuestro viajecillo por tierras europeas, versión resumida. Para más detalles sugiero invitar a los viajeros a un café o nestea o lo que sea.

PREVIO: Después de decidir en 5 minutos la ruta que pretendíamos hacer y de que Jose consiguiera renovarse el DNI unos días antes de partir para darle un poquillo de emoción al asunto, salimos cargados con nuestras mochilacas (solo decir que a Jose de espaldas no se le veía cuando llevaba la mochila a la espalda), para el aeropuerto de San Javier destino a Londres.

DÍA 1: Llegamos a Londres y nos asaltan los miedos, ¿conseguirán entender nuestro spanglish del instituto o tendremos que emplear el lenguaje de signos? ¿podremos acordarnos de mirar hacia la derecha al cruzar la carretera? ¿en que sentido girará aquí el agua del wáter? Por suerte, en el autobús de camino a Londres nos encontramos con un cuate muy majo que nos dijo por donde quedaba el albergue. Al despedirnos de él nos dijo una frase que recordaríamos en muchas ocasiones el resto del viaje, en relación a una factura que le habían cobrado por unas supuestas llamadas desde su móvil que él no había hecho: “¡aquí en la siudad te mandan loh viruh y te joden!”, nosotros hicimos un gran esfuerzo para no partirnos de risa en su cara y continuamos nuestro camino. Llegamos al albergue-zulo donde una inglesa mu mona nos atiende. Jose se toma su medicación y a la cama.

DÍA 2: Nos levantamos temprano y vamos a dar un paseo Hyde Park, donde había un montón de ardillas pseudo-domesticadas. ¡Qué bien se lo hubiera pasado Paula aquí correteando detrás de las ardillas!

Después museo de las ciencias, Harrods, Buckingham Palace (justo ese día no tocaba cambio de guardia, snif), abadía de Westminster, casas del parlamento, big ben, y London Eye (la noria gigante).

Después nos acercamos a una de las estaciones de tren para ir planificando el viaje a Holanda y allí nadie sabía que es un Inter-rail (“¿y si nos han estafao, Jose?” “Dos ostias le doy a cada uno”). Al día siguiente volvimos y se aclaró todo sin necesidad de utilizar la fuerza. Jose se toma su medicación y a la cama.

DÍA 3: Nos levantamos bien temprano y para no perder la forma hacemos un pequeño entrenamiento, una horica de carrera contínua, 200 flexiones a una mano y 15 caídas laterales sujetando un cubata en la mano.

Después Traffalgar Square, Covent Garden, Soho, barrio chino, Regent’s Park (para regar las plantas un poquillo que ya no nos aguantábamos más), cena, medicación y a la cama.

DÍA 4: Nos levantamos bien temprano para empezar el viaje hacia Holanda. Cogemos el bus hasta la estación, pillamos el tren y a medio camino dice Jose: “macho que no encuentro mi DNI”, y yo “te mato, aquí te quedas en prisión hasta que cumplas los 60”. Volvemos al albergue y allí estaba, ¡que alivio!. Cuando conseguimos llegar al pueblo desde el que salía el ferry hasta Holanda nos dicen que tenemos que esperar 10 horas, ¡de púta madre!. Es un pueblo perdido de la mano de Dios. Nos costó hasta encontrar un sitio para comer. Pues nada, paseíto, merienda, castillitos en la arena y columpios.

La anécdota del día cuando nos encontramos un mosquito gigante. Estaba al lado de donde Jose había dejado la mochila, pero como le daba miedo casi no se atrevía a cogerla (jaja). Se excusaba diciendo: “es que a mi siempre me pican, porque estoy muy bueno”. Llega la noche y nos subimos al ferry, que está que te cagas, en plan crucero de “vacaciones en el mar” con sus cafeterías, restaurantes, casino, tiendas, camarotes y cubierta para tomar el sol, o la luna en nuestro caso.

Cena, cervecica y a la cama.

DÍA 5: Llegamos a Holanda y pillamos un tren para Rotterdam. Damos un paseo por la ciudad y nos entra hambre. Nos costó dos horas encontrar un sitio para desayunar (estos holandeses desayunan todos en sus casas). Tiramos para Amsterdam y al salir de la estación nos quedamos flipaos con la cantidad de bicis que hay por allí, no es un mito:

Pillamos un mapa y me pongo a buscar el barrio rojo, que es donde esta el albergue que habíamos mirado, y Jose me dice: “espera, eso no hace falta”, se sube a un banco, levanta la cabeza, olfatea el ambiente y señala sin dudar: “por allí”. ¡Justo! llegamos al barrio rojo y empezamos a apreciar el característico “ambiente” que se respira por allí. Íbamos caminando por la calle y decíamos: “míra un coffee-shop”, “mira un sex shop”, “mira unas guarrillas en un escaparate”, “mira un sitio de comida basura con extra de colesterol del malo”, “mira un albergue-pocilga”, “míra otro coffee-shop”, “mira otro sex shop”, “mira más guarrillas”, “mira otro albergue-pocilga, aquí nos quedamos”. ¡Qué gente más rara había en el albergue! Jose estaba como flotando en el paraíso. Le gustaba todo, hasta los zurullos de los perros en la calle:

Después vamos a pillar algo de comer que estábamos hambrientos. Cuando acabamos a Jose se le ocurre preguntarle a un negraco que había sentado en una esquina que qué coffeeshop le recomendaba. Y el negro le dice: “¿tú quieres marihuana?, entonces siéntate”. Yo estaba preparado para salir corriendo pero Jose consiguió deshacerse del tío (creo que en esta ocasión nuestros problemas de comunicación fueron una ventaja, jeje). Total que entramos al primero que pillamos. Jose, to profesional, se pide un nosequé y un nosecuantos, a mí solo con respirar el ambiente de diversión y felicidad me vale. Aunque no lo creáis hay unas leyes muy estrictas en los coffeeshop, ni se os ocurra encenderos un cigarro dentro de uno que os echan a patadas, y no es broma. ¡Porros todos los que quieras, pero cigarros ni uno que te envicias! Tras el momento de relax. Pasamos un momento por el albergue, eran como las 5 de la tarde. Entramos a la habitación, encendemos la luz y un tió gordo que había durmiendo levanta la cabeza y se nos queda mirando con la cara de más mala ostia que le salía (supongo que se creía que era un jedi y nos iba a estrangular con los poderes de la fuerza), hasta que lo ignoramos y se rinde. Al rato llega otro tío raro a la habitación. Un viejo vestido de vaquero que venía despotricando de Inglaterra. Le reímos las gracias y nos vamos. Salimos a dar un paseo por la ciudad, yo iba con el mapa por supuesto, y al rato Jose, que iba todavía con los ojos entornaos, empieza a reírse solo porque se había imaginado preguntándole a un lugareño para llegar a una de esas calles con nombre impronunciable que tienen por allí. Cuando nos hartamos tiramos otra vez hacia el barrio rojo guiándonos por el olorcillo, cenamos y a otro coffeeshop. Llegamos a la habitación y volvemos a despertar al gordo, que nos pregunta qué hora és, “las diez y media” y se va (¡que gente más rara!, a lo mejor era panadero y se iba a trabajar). Guardamos nuestras pertenencias bajo llave y nos acostamos rezando para conservar todos nuestros órganos a la mañana siguiente. En plena noche noto que algo me esta tocando el pie, levanto la cabeza y veo a alguien sentado en mi cama, es el vaquero con cara de haberse pegado una buena fiesta, me dice “esta es mi cama” (será joputa), yo le digo: “no, es mía”, se ríe y me dice “la mía es la 3, que es esta”. Después de discutirlo tranquilamente consigo convencerlo de que se vaya a otra cama (¡que gente más rara!).

DÍA 6: nos levantamos y vamos a desayunar a un coffeeshop por supuesto, y que no os engañe el nombre, en algunos no tienen ni cafetera. Paseo en barco para poder decir que hemos visto la ciudad y después al museo de la ciencia, donde nos lo pasamos como enanos trasteando todos los aparatejos que tenían por allí, tenían incluso una sección sobre sexo en el museo (¡cuánta ventaja nos llevan estos holandeses!). Comemos, coffeeshop, paseo, coffeeshop, cena, coffeeshop, a Jose le van a hacer un pase vip en uno de ellos. Nos acostamos y otra vez el vaquero me despierta para acostarse en mi cama (¡joputa!).

DÍA 7: Jose se quería quedar a vivir en Amsterdam pero al final y con mucho esfuerzo consigo convencerlo de que tenemos que seguir el viaje.

Fotos 1

Fotos 2

TO BE CONTINUED…

5 comentarios:

Marcialillo dijo...

QUEEEEE BUENA CRONICA DEL VIAJE.. ME HA DAO ENVIDIA CABRONES. Que bien os lo tuvisteis que pasar.
La Cronica un 10. Me parto la caja... Estos Romanos están locos (Como diría Obelix).
Esperamos la continuacion!!

CaRMeN dijo...

Que bien os lo pasasteis jodios, QUE ENVIDIA, pero sana,jeje.

La continuación YA!!

p@c.o dijo...

Madre mía, madre mía... madre mía y madre mía... todavía me acuerdo cuando veías Espinete, y ahora ya te has hecho todo un hombre. Peazo de viaje que os habéis marcao. Enhorabuena por la crónica, por el viaje, por hacernos reir y sonreir, por crearnos envidia sana y por querer compartir con nosotros esa aventura. Sois unos crack!!!!!!

El Papi dijo...

Vaya caras de felicidad que se os ve en las fotos! Enhorabuena!!
Envidia cochina es lo que nos corroe!

Me alegro de que a Flexi no se le olvidara ningun día la medicacion. Ya sabes que en estos tratamientos lo inportante es no saltarse ninguna toma...
Por cierto, creo que el joputa ese quería meterse contigo en la cama, pero no sabía cómo decirtelo...

proyecto de colocador dijo...

Si yo creo tambien que queria algo mas, que raro que se equivoque 2 veces seguidas., y el negro ese haber si lo que queria era ensartar al flexi drogandolo... jjejeje.

Como engancha la cronica.., vete sacando tiempo pero ya! y queremos la 2ª parte.

Felicidades por la cronica, como siga asi veremos a ver si no nos vamos el equipo entero , que se van a enterar los extranjeros... jejjee